miércoles, 10 de enero de 2018

5- Los problemas

                          Sinceramente, no comprendo como muchas personas se ahogan en sus problemas. No es que yo no sepa lo que es la angustia, estar acorralado por sentimientos que me brotan todos los días, y que no puedo dominar. Pero con el tiempo se va aprendiendo que hay cosas que valen la pena, y otras que no merecen el mínimo cúmulo de tu valioso tiempo, que es ni mas ni menos, la materia de la que esta hecha tu hermosa vida.
                           En todos lados, los gestos apretados, las miradas aturdidas, o sometidas a las preocupaciones. Te dejan desolada, confundida y hasta dirían que un poco desesperada.
                           No soy un sabio, como dije, pero ya he pasado por todo eso; si me dejas, en algo puedo ayudar.
                           Todos tenemos nuestros tiempos. Tarde o temprano aprendemos a dominar nuestras tormentas.
                           Pero hay que tener cuidado,  no se trata solo de un arte de la paciencia. Aunque muy lentamente, la vida se te escapa sin saberlo y sin remedio, como fina arena de las manos. También hay que esforzarse.
                           Vas a ver tanta gente preocupada esta mañana por la calle, que de seguro te va a afectar.
                            Pero también, si te animas, si afinas un poco la mirada, vas a ver gente que se resiste, que lo esta intentando. Sin sufrir.
                            Fijáte bien. ¿No has visto acaso a ese hombre en aquel banco de la Plaza Colón, que parece no tener ya nada que hacer, que aparenta como que se le va cada instante de vida en cada movimiento?
                             Insisto, fijáte bien ¿Que es lo que está haciendo?
                             Si te relajas un poco de tanta ansiedad que te marea tanto lo vas a notar: un poco mas al fondo, su pequeño nieto corre detrás de las palomas. Embriagado de alegría va desesperado tras las aves, tratando de alcanzarlas. Nunca lo hará. Lo sabemos bien.
                             Pensálo, ¿Que sentido tiene correr algo que nunca se va a alcanzar? ¿Qué le preguntarías al niño? ¿Porqué lo hace? . No te atreverías, has sido niña también. Tantas veces has corrido detrás de una paloma, detrás de una semilla, de esas que vuelan con el viento en su suave pompa de seda. Has mirado las formas de las nubes y has imaginado cabalgar sobre fantásticas criaturas voladoras en el cielo de tu infancia.
                             La gracia esta en siempre soñar que podés. ¿Quién podría ser tan cruel de decirle a un niño que no se tome el esfuerzo, que no sueñe en acunar a la paloma esquiva entre sus manos? Que eso nunca ocurrirá.
                              Absolutamente nadie le habla de esa manera a un niño, lo dejamos soñar.
                              Pero, curiosamente, eso, lo contrario a lo que te cuento,  solo lo haces con vos misma, ejerces esa crueldad, porque en algún momento pensaste o te hicieron pensar que de eso se trataba ser adulto.
                            Adaptarse, ajustarse, acomodarse a lo que en el fondo te resulta molesto e incómodo. Parece como si fuera algún tipo de enseñanza obligatoria de la vida; para mi mas bien se trata de una trampa.
                            Podes dejar al niño que sueñe con volar con las palomas. Pero no te dejas a vos misma soñar con ser feliz...
                            Sin embargo, lo hemos notado, su abuelo se regocija, en la paz de sus últimos días de su vida, mas que él todavía, sentado en el banco. Mirándolo jugar.
                          ¿Te das cuenta cual es truco en todo esto?
                            El abuelo, un rato antes de que la madre trajera al nene, ha estado arrojando maíz a las palomas, para que bajen de los arboles.
                            Es como si hubiera bajado un poco el cielo, el hogar de las palomas para él. Un ratíto, nada mas. Las palomas, satisfechas, pronto volarán. El nene jugará con otra cosa. pero el viejo, muy contento, sabrá en su interior que puede hacer algo tan simple, para que los demás puedan ser felices, al menos por unos instantes.
                            También sabe que jugar es siempre soñar. No tienen nada de malo, ninguna de las dos cosas.
                            No sé si me entendés.
                            Igual, si querés, tengo todo el tiempo del mundo para seguirte explicando.
                            Se trata de algo muy serio, no merece que nos apuremos. Se trata también de vos,  tomate un respiro de tanto sufrimiento. Esto ya lo consideramos como un buen comienzo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario